MUNDO BALONMANO

Siguiendo con la labor divulgativa y preventiva de lesiones que mundobalonmano.com se ha propuesto llevar a cabo con la publicación periódica de una serie de artículos sobre las lesiones del jugador de Balonmano, hoy vamos a hablar de una de las lesiones más habituales que padecen los jugadores de Balonmano y que suelen ser bastantes dolorosas, además de dar mucho trabajo a los fisioterapeutas, estamos hablando del Esguince de tobillo  o, más popularmente conocido como: torcedura de tobillo.

2.- El Esguince de tobillo.

Las hay muy complicadas, tanto que hasta requieren intervención quirúrgica para reparar el ligamento dañado, pero la mayoría son leves; en el caso de que un jugador padezca un leve esguince de tobillo (que no debe confundirse con la luxación, la cual es un lesión mucho más grave) durante un partido de Balonmano, cabe la posibilidad de que éste pueda seguir jugando (sobre todo si es un jugador muy importante, y su ausencia puede afectar a nivel sicológico al buen funcionamiento y rendimiento del equipo), pero, antes de reincorporarse, y por precaución, el responsable sanitario del equipo debe tener la precaución de ponerle en la zona lesionada una banda elástica muy bien apretada para así sujetar la zona en donde se ha producido la torcedura. Con esto conseguiremos que el jugador pueda seguir compitiendo en el campo sin que  la lesión se agrave excesivamente por el sobresfuerzo.

Lo mejor, desde luego, es que el jugador que ha sufrido una torcedura de tobillo no siga jugando, ya que si fuerza demasiado, se podría agravar la lesión inicial y, sobre todo, lo que no debemos permitir nunca, bajo ningún concepto, es que se le hagan infiltraciones de ningún tipo con el objetivo de amortiguar el dolor y de que siga jugando al precio que sea; con ello solo conseguiríamos calmar el dolor momentáneamente, pero a costa de que, después, una vez se haya enfriado el tobillo dañado, el dolor y la lesión sean mayores.

Para evitar que se agrave la lesión debemos conseguir reducir el derrame y para ello tenemos que poner rápidamente, sobre el área afectada, agua helada o hielo. Luego procederemos a  vendar la articulación con gasas, vendas y algodón muy apretados y por último, una vez pasados unos días desde que se produjo la lesión y al igual que explicamos con las distensiones musculares, es muy recomendable la aplicación de calor en la zona afectada pues de esta forma conseguiremos que la lesión se cure más rápidamente.

También es recomendable poner la pierna en alto y hacer masajes locales para conseguir limpiar la sangre derramada en la articulación. Muchas veces, son estos derrames los que impiden el libre movimiento del tobillo y por eso cuanto antes se reabsorban, mejor.

Finalmente, en la reincorporación del jugador a los entrenamientos, recomendamos ir probando la articulación lenta y progresivamente, y ver como va respondiendo, sobre todo, al principio y por precaución, recomendamos entrenar con unas vendas elásticas ajustadas al tobillo, unas vendas que nos iremos aflojando y quitando lentamente cuando veamos que la articulación ya responde perfectamente.

Para acabar, nuestro último consejo es que, para evitar las lesiones de esguince de tobillo, debemos calzar las zapatillas adecuadas para cada terreno de juego y, sobre todo, antes de empezar la práctica deportiva, debemos calentar muy bien y hacer muchos estiramientos, de esta forma evitaremos muchas lesiones de ligamentos que nos pueden arruinar y tirar por tierra toda nuestra carrera deportiva.