MUNDO BALONMANO

Siguiendo con los decálogos que iniciamos anteriormente, esta vez le toca el turno a los padres,  eternos sufridores desde la grada, para los que también tenemos unas recetas con todo el cariño para que ayuden a los mas pequeños en su camino de iniciación en el balonmano. A ver qué os parecen, como siempre, esperamos vuestros comentarios.

Siga la Regla de Oro – Siempre trate a los demás (entrenadores, padres, árbitros y jugadores) de la misma manera como le gustaría que lo trataran a usted y a su hijo. Dé el ejemplo demostrando respeto, dignidad, y buen espíritu deportivo en todo momento.

Compórtese como lo requiere su edad - Si ve que se está involucrando demasiado emocionalmente en lo que está pasando en la cancha, tome un paso atrás y relájese. Acuérdese que su infancia ya pasó. Bríndele a los jugadores jóvenes la libertad de disfrutar de la suya.
Sea responsable - Asegúrese de que sus hijos lleguen a los entrenamientos y a los partidos con puntualidad. Revise que tengan sus uniformes y calzado deportivo en buen estado. Ayúdelos a alimentarse bien antes, durante y luego del partido. Cuanto más vean sus hijos la responsabilidad con la que usted actúa, más posibilidades hay que ellos hagan lo mismo.
Sea Visto, no escuchado - No hay nada mejor para un jugador joven que sus padres estén presentes en sus partidos para verlo jugar. Y no hay nada peor para un jugador que escuchar a su padre burlándose, gritando o haciendo comentarios negativos sobre los jugadores, entrenadores, aficionados o árbitros (eso incluye tanto a su propio equipo como también al rival). Aplauda y ovacione a ambos equipos después de una buena jugada o un gran esfuerzo, si no, mejor no diga nada.
Debe ser divertido - Por eso, es importante que usted ayude en que los niños lo pasen bien. Trate de siempre estar sonriendo. Ayude en alentarlos en que se diviertan y que participen y no se preocupe tanto de los resultados. Si no resulta divertido, entonces algo no está bien.
Motívelos a través de la confianza - Saque algo positivo de cada partido o entrenamiento para ayudar a que ellos vayan sumando confianza. La mejor motivación para un jugador joven es poder alcanzar mucho logros.
No cuestione lo que pite el árbitro - Quizás no esté de acuerdo con lo que señala el árbitro, pero no es su trabajo (ni tampoco el de los jugadores) arbitrar el partido. Nadie debe cuestionar en ningún momento las acciones de un árbitro. Acéptelo y siga adelante.
Si es necesario, hable con el entrenador después del partido - O mejor todavía, espere hasta el día siguiente si tiene un asunto para hablar con el entrenador. Lo mejor es calmarse dejar que pase un poco de tiempo. Nunca haga un escándalo delante del equipo ya que sería algo muy vergonzoso para usted, sus hijos y el entrenador. Además, lo más probable es que así nunca se resolverá el problema.
Ponga las victorias y derrotas en perspectiva - Los partidos tienen ganadores y perdedores. Continúe recordándole a su hijo sobre esta realidad y la necesidad de poder enfrentar ambos resultados. Los jugadores jóvenes deben evitar sentirse “invencibles” cuando ganen partidos o estar muy “desanimados” cuando su equipo pierda.
Evite el análisis post-partido - No analice el rendimiento de su hijo o hija después de cada partido. Si lo hace, lo más seguro es que ellos tratarán de evitar hablar con usted después de los partidos, o peor aún, no querrán que asistan a los partidos. Deje que sus niños vayan a usted para pedirle consejos. Esto tendrá mejores resultados que si usted trata de darles consejos por su parte.