MUNDO BALONMANO

Carta de un aficionado anónimo.

TENGO MONO.

Si, si, tengo mono de balonmano, por mis venas corre desbocada la sensación de proximidad del principio de la nueva temporada.

Los nervios me pueden, me como las uñas, enciendo el ordenador inquieto buscando ávidamente todo tipo de información, devoro los periódicos por si hubiera suerte y encontrara alguna noticia, discuto con todos en mi casa, mi mujer me ha llegado a decir “fuma otra vez, que aquí no hay quién viva”.

Y yo haciéndome cientos de preguntas a las que no soy capaz de darles contestación.¿En que habrá mejorado el conjunto?, ¿seremos capaces de dar la campanada este año?, ¿llenaremos el pabellón en todos los partidos en casa?, ¿nos mantendremos en la categoría otro año más?, ¿pero que estoy diciendo?, claro que nos mantendremos y es hasta posible que quedemos en la parte noble de la tabla.

En fin, todo elucubraciones de una mente enfermiza por el balonmano y con un mono que no se quita ni con tabaco ni con “na”, solo volviendo a ver balonmano del “bueno”, del que hace mi equipo cada semana, “man que pierda”.

Acudo, con 40º de temperatura, a los entrenamientos a ver a las nuevas figuras de este año, y por supuesto a los ya veteranos, admiro sus evoluciones en el parquet, procuro aprenderme las jugadas de ataque que el “Mister” hace practicar al equipo, sudo a raudales, “hacemos defensa 6-0″ dice ahora nuestro entrenador, me tiemblan las piernas, ¡¡Dios mio, esto ya es balonmano!!, y yo lo estoy viendo y viviendo aquí sentado hecho un manojo de nervios.

Ya falta menos para ver los partidos de liga ASOBAL, solo unos pocos días, necesito gritar, la alegría me invade todas y cada una de las células de mi cuerpo, sudo, tiemblo, definitivamente tengo mono…

Anónimo.

Colaborador: Antonio Cañellas Alonso